La agricultura es uno de los principales contribuyentes al calentamiento global, mientras que aumenta en un 10-12 % las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero en total. El dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso son los principales GEI emitidos por las actividades agrícolas.
La agricultura industrial tradicional al aire libre ha sido muy criticada por sus consecuencias para el medio ambiente. Se estima que entre 1,95 y 2.200 millones de personas todavía utilizan métodos tradicionales en la agricultura. La agricultura de campo abierto incluye la agricultura industrial y otras subcategorías de la agricultura tradicional. La mayor parte de la producción mundial de alimentos es el resultado de la agricultura tradicional.
Antes de llegar a nuestros platos, nuestros alimentos se producen, almacenan, procesan, envasan, transportan, preparan y sirven. En cada etapa, el suministro de alimentos de GEI se libera a la atmósfera.
Las pérdidas en la granja, los cultivos no comercializables y las pérdidas de transporte se suman al desperdicio mundial de alimentos. El desperdicio de alimentos es responsable en promedio del 25 % de las emisiones totales. En promedio, las pérdidas mundiales de alimentos representan el 30 % de la producción total.
En 2012, la agricultura contribuyó con el 10 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea.
Para abordar este problema, la reducción del número de ganado, la mejora de la eficiencia de la aplicación de fertilizantes y una mejor gestión del estiércol son algunos de los métodos potenciales que podrían implementarse.
Además, la modificación de los patrones de consumo de alimentos podría ayudar a reducir aún más las emisiones de GEI. En general, la carne y los productos lácteos tienen la mayor huella de carbono, materias primas y agua por kilogramo de cualquier alimento.
La producción de ganado y forraje genera más de 3 mil millones de toneladas de CO2 equivalente en términos de emisiones de GEI, mientras que el transporte y el procesamiento posteriores a la granja solo representan una pequeña fracción de las emisiones relacionadas con los alimentos. Podemos reducir las emisiones de GEI agrícolas reduciendo el desperdicio de alimentos y evitando el consumo de productos alimenticios de emisión intensiva.
La UE necesita reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura y adaptar su sistema de producción de alimentos para hacer frente al cambio climático.
La agricultura fue responsable del 10 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la UE en 2012. Una disminución en el número de ganado, una aplicación más eficiente de fertilizantes y un mejor manejo del estiércol son algunos de los métodos que podrían utilizarse para abordar el problema.
Además, los cambios en el consumo de alimentos pueden ayudar a reducir aún más las emisiones de GEI relacionadas con los alimentos. En general, la carne y los productos lácteos tienen la mayor huella mundial de carbono, materias primas y agua por kilogramo de cualquier alimento.
En términos de emisiones de GEI, la producción ganadera y forrajera genera más de 3 mil millones de toneladas de CO2 equivalente cada una. El transporte y el procesamiento posterior a la granja son responsables solo de una pequeña fracción de las emisiones relacionadas con los alimentos. Al reducir el desperdicio de alimentos y nuestro consumo de productos alimenticios de emisión intensiva, podemos contribuir a reducir las emisiones de GEI de la agricultura.